Dos por un peso, dijo

Aprile 1, 2002 in Racconti da Redazione

Ayer caminaba yo rumbo a un encuetro con la Realidad, ella me había citado en una esquina, era en la intersección de 3 calles creo. Así que cuando llegué a una de sus ochavas o mejor dicho doceavas tuve que hacer un giro de cuello de aproximadmente 310º (como la piba del exorcista); y no veía a la dama. Espere unos 40 minutos y seguía sin vislumbrar sus piernas, entonces decidí regresar a mi casa pero por la vereda contraria porque dicen que desde la vereda de enfrente se ven y sienten cosas que en la otra no suceden; aún asi llegué a mi casa sin una novedad de aquella dama ‘La Realidad’.

Una vez en casa, puse la pava para hacer unos mates (nunca tomo mas 3 si son amargos) y encendí la magia, una canción que hacía mucho que no escuchaba. Al instante sonó el timbre y por el portero nadie se anunciaba (bueno ya basta con tantas aba, pero que lindo suenan así los pretéritos, no?), baje para ver de quien se trataba y era un pibe que me ofrecía unas plantas.

Dos por un peso, dijo.

Pero valen eso, dije.

Bueno tengo otra y te las doy a las 3 por un peso.

Le di 85 centavos y me quedé con las 3, un poco miserable de mi parte no?, Si. Entre de nuevo a casa y pensé sobre las plantas, eran de esas chiquitas que vienen en una maseta de mas o menos 8 centímetros de diámetro, a la vez que eran las tres de características distintas.

La primera era un pequeño cactus de la familia cätus plantae, parecía un muñequito (crm crm crm), con dos brazos llenos de espinas. Este tipo de especie no necesita mucha agua, son esas que ves en las películas, en los desiertos y tienen la capacidad de acumular mucha agua cada vez que cae (cada muerte de obispo) y resisten cuanto viento fuerte (huaira sinchi, decían nuestros ancestros argentinos del noroeste) circunde, y se chupan el Sol, ese mismo que cuartea hasta la carne, la piel de los desyuyadores de sojales (o dora los lomos de la flacuchas de la pileta del camping). Que noble este cactus, soporta las inclemencias que lo azotan y no dice nada (nada dice).

La segunda planta era otro tipo de cactus, creo que se llama cäctus cun muchus pinchaes (o algo así); es parecida a una aloe vera pero mas chica de cuerpo y sus hojas muy duras y pequeñas y punteagudas y pinchudas también (si se permite). Estas tienen casi las mismas características que las anteriores solo que son algo así como…. mas reservadas (uh); aún así tienen una capacidad de almacenar humedad y minerales muy elevadas. Son petisas, andan al raz, no piden mucho solo unas palabras por día y 10 cm3 de agua por semana. En cuanto a la apariencia, nada que ver con la anterior y eso que pertenecen a la misma categoría botánica, son más vistosas, de un verde oscuro como una botella de Llave (la de las ardillitas recordás).

La tercer y última de las plantas pertenece a las soft and smooth plantae (o algo así), de verlas nomás las querés tocar, ayyy!!, pero si hasta convidan a que te comas una de lo linda que son sus hojas. Hojas suaves, verdes esmeralda, anchas, carnosas y con la forma de un corazón dibujado por un infante de la salita de 3 ‘Jacinta Pichimagüida’. Eso si, sus frescas y entramadas raíces necesitan agua con mayor frecuencia que las anteriores, yo diría casi 1/4 lt. por semana; por eso son mas sencibles, aunque lindas; más delicadas, aunque bellas; más pedigüeñas, aunque hermosas; más caprichosas, aunque… como ellas las damas (de los homo sapienssapiens) estruendosamente inevitables. Bueno algo así es esta última planta.

…Depues de haberlas contemplado un poco y aclaro mate de por medio-, caí en la cuenta de lo que me había pasado en aquella fallida cita.

Pasó que entendí mal, yo no debía ir al cruce de aquellas tres calles, no debía estar espectante por ver cual de esas calles traería a la dama a la cita, aquella tarde. Claro de tres aspectos se trataba todo… la cita, las calles, las plantas, los mates. Un lio de tres como en las novelas venezolanas.

La verdad fue que, la Realidad por su cuenta vino a mi casa. Comoooo?. Si, vino disfrazada. De que?. De plantas.

La Realidad tiene muchas caras (como decía Evaristo Monti), como las plantas. Aveces linda como la soft and smooth plantae, pero tan susceptible que se esfuma de nada; otras veces es la realidad un sacrificio, como la vida que lleva el cactus, tiene que aguantar cualquier cosa, sufriendo impotentemente hasta que tiene respiros cuando llueve (cada muerte de obispo). Otra proporcional cantidad de veces (estadísticamente hablando) sucede que la realidad se viste como la segunda de las plantas (la cäctus cun muchus pincheas ) y es un termino intermedio, ni muy muy, ni tan tan; ni muy oscura, ni muy clara; ni muy sedienta, ni muy satisfecha; ni muy alta, ni muy baja…Ni muy muy.

Entonces, ahora cuando trato de comprender algunas cosillas, las veo a ellas, las plantas, que están sobre el televisor, una contigua a la otra; conviviendo armoniosamente, al lado esta la ventana.

Y colorín Colorado …..

(inspirado en María José, que pide a gritos que le escriba cosas lindas (y sigo insistiendo), y porque es ella una soft/muchus pincheas/plantae y de grandes cotiledoneas). Dedicado a las demás especies del reino vegetal Cordobés y Nicoleño.

di Pablo (San Nicolas)